Nadie está libre de un accidente en las montañas, por muchos resguardos que se hayan tomado y mucha preparación y entrenamiento en accidentes, puestos en el escenario, las decisiones se tornan en ocaciones muy difíciles y lo que creíamos sabido se torna confuso. Una vez producido el accidente, de nada vale el reproche y los lamentos, hay que tomar “acción”. Y aquí vuelvo sobre lo dicho en el tema del Congelamiento, si decidió hacer algo con el accidentado, que sus acciones no agraven las lesiones del sujeto.
Los conocimientos y el entrenamiento que debemos adquirir para estos eventos, debe lograrse en cursos certificados; no es este sencillo blog, el lugar para saber qué hacer y menos para entrenarse. De manera que no haré una lista de lo que se debe hacer, ni una clase de “Examen Físico” del paciente traumatizado. Sólo van aquí algunas recomendaciones para el personal ya entrenado y que asumirá la responsabilidad médica de la expedición.
Enfrentados ya al escenario del accidente (trauma por caídas, por desprendimiento de rocas o por elementos corto-punzantes) toca la primera decisión importante: habiéndonos acercado al accidentado, comprobado su estado general y evaluado la gravedad de sus lesiones, deberemos decidir si moverlo o no. Vuelvo a repetir: ante la duda, es mejor no hacer nada, que hacer algo mal. Expuesto en un lugar peligroso para el paciente y el rescatador, habrá que mover al paciente con la precaución y rapidez necesaria; para esto hay medidas simples que se aprenden en cualquier curso de rescate en montaña. El criterio aquí, es que arriesgar al o los rescatadores en un lugar riesgoso, puede transformar el escenario de un accidentado en una tragedia con múltiples lesionados. Por otro lado si estás en un lugar seguro, con acceso a los rescatistas, con abrigo y buen clima, no hay motivo para mover al lesionado.
Puesto el paciente a resguardo y atendidas primariamente sus lesiones, y descartado el autorrescate como opción, deberemos buscar ayuda para la evacuación del paciente. Si existe comunicación radial o vía teléfono satélite, las cosas se simplifican, pero si no hay acceso a estos medios, deberemos enviar algún miembro de la expedición como “mensajero”. Cualquiera sea la situación, lo importante es que la información que se transmita sea clara y detallada para facilitar la labor del grupo de rescate.
En el peor de los escenarios, una cordada de dos personas y su compañero es el accidentado con lesiones que le impiden moverse, Ud deberá asumir la responsabilidad sobre una situación complejísima, que nadie desea vivir.